La verdad es que esta boda está dando para mucho, ¿eh? Tras el reportaje en Telva, el vídeo de bienvenida a los invitados, las invitaciones y la primera parte de la boda, os dejo ya con la segunda y última parte. ¿Listos para el aluvión de fotos? :)
Ya habéis visto la deco de la ceremonia, la señal y la mesa de la limonada, pero a los invitados aún los esperaba una última sorpresa antes de que la novia hiciese su entrada: un rinconcito delicadamente decorado con paipáis, pétalos de rosa, pomperos y paquetitos de pañuelos de papel personalizados para utilizar durante y después de la ceremonia.
Después de la ceremonia, mientras los novios se hacían algunas fotos preciosas por la finca…
…los invitados tomaban en el patio un rico aperitivo amenizado por una banda de jazz en directo.
A los novios les encanta la música, así que la forma de nombrar las mesas la tuvimos clara desde el principio: los Beatles, Frank Sinatra o Led Zeppelin eran los protagonistas. Un carro de forja antiguo nos sirvió como soporte perfecto para colocar el protocolo de invitados.
Llegó el momento de la cena y los invitados entraron al acogedor salón, con piedra y vigas de madera. Todos los centros de mesa, de Elisabeth Blumen, eran diferentes, montados en teteras, soperas, jarritas y mil recipientes antiguos más de porcelana. Las velas metidas en tacitas de té daban luz y los vinilos personalizados ponían el toque divertido y (aun) más vintage. Encima de cada plato, la minuta creada por Mr. Wonderful a juego con las invitaciones.
Además, el salón estaba decorado con un montón de velitas por las escaleras y el alféizar de las ventanas.
Cuando los invitados se sentaron, proyectamos el vídeo que Berta y Joni habían preparado con los chicos de Render Emotion. Os prometo que las carcajadas se escuchaban por toda la dehesa. Cuando terminó, los novios entraron bailando al ritmo de Mi realidad.
Y por hoy ya está. El martes que viene os enseño lo poquito que queda y el vídeo chulísimo de la boda, de esos de gallina de piel a más no poder.
Un beso enorme y feliz miércoles,
Indara
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